martes, 29 de enero de 2008

HORMIGAS


Todo es más grande en Misiones. No sé como explicarlo, pero es asi.
Ah ya sé: en el camino de Los Macucos, en el Parque Nacional Cataratas del Iguazú. Ahi fue. Unas hormigas del tamaño de una falange. Y por si no me creían, traje una encerrada en un frasquito. Ya estaba muerta claro, porque sino no iba a aguantar hasta La Plata. Fiambre y todo servía, lo importante era verla.
Las patas fuertes, la cabeza algo grande en relación al cuerpo y lo más sorprendente: unas mandíbulas capaces de atemorizar a la araña más patotera. Aunque las arañas de ahi, bueno...
Se cruzaban de lado a lado del sendero que marcaba el rumbo hacia lo desconocido (para nosotros los nuevitos de la selva). Corrian a una velocidad inusitada, sin pararse a ver que gigante venía aplastandolo todo. Corrían riesgos.
Muchas yacían aplastadas sobre la tierra roja. Algunas sorprendidas con la carga encima, hojas o pequeños palitos. Otras siplemente con el gesto de sorpresa dibujado aún en sus antenitas. Pero ni asi amainaban. Cabeza en alto y a cruzar, aunque me cueste la vida. Así son ellas.
Eso le pasó a la mia, a la hormiga que traje en el frasquito digo. Se ha mandado sin ver. O viendo sin pensar. O pensando sin temer. Qué se yo, se mandó y a cobrar.
La miro ahora y me acuerdo también del tamaño del pasto: como helechos, una cosa de locos. Me traje uno, pero se me secó mucho y perdió contundencia. Verde era una rama casi, imponente como la catarata misma.
Pensé en el momento "no puede ser un pasto, debe ser algún tipo de planta desconocida en Buenos Aires". Pero no, era un simple y auténtico pasto misionero. ¿Césped es más fino no? Si, bueno, entonces "un auténtico césped misionero".
No vi muchos caballos. A decir verdad no recuerdo haber visto caballos. Pero seguro que hay, pocos pero hay. Y los que viven por ahi se deben hacer una panzada con semejante pasto, con 10 o 15 ya está. Panza llena. Con lo verdes que son además. Pura fotosíntesis, te cuento.
En algunos sitios el pasto era más ancho que una película fotográfica y más verde que la camiseta de Ferro. Increíble verlo.
Como lo de los chicos rojos. ¿Como que no te acordás? Los nenes esos. No no eran pelirrojos, eran rojos. Si, del color de la tierra.
Andaban todo el dia, meta caminar. Ibas a cargar el termo y ahi estaban. Ibas al baño y estaban ahí. Te metias al rio y de pronto los tenias al lado. En las excursiones, en el centro, en todos lados.
La cuestión es que no había forma de no verlos. Y te hablaban. Te decían: "me dá una moneda o algo para comer". Y les dabas. Porque otra no había.
Una vuelta le cortamos unos pedazos de zandía, una tarde de calor infernal en la que nos habiamos puesto a comer en el cámping, muertos de sed. Se acercaron, callados, con la voz en los ojos, el pelo seco y los pies descalzos.
Y de pronto no estaban más. Se esfumaban, así como así. Te dabas vuelta para darles algo más y ya no había nadie. O los veías corriendo a lo lejos, parando a otro desprevenido o zambulléndose en el agua, junto a las rocas.
Pero volvían seguro. Siempre, con cada ruido de la panza.
Eran chicos guaraníes, quizás algún toba. Indios. Auténticos indios misioneros. Y eran rojos che, ¿podés creer? De la cabeza a los pies. "Los niños rojos" se me ocurrió en el momento.
Ahora que lo pienso eran como las hormigotas: se mandaban al camino sin pensar, sin miedo, sin mirar. Con el objetivo bien adentro de sus cabecitas y mordiendo en las conciencias de los curiosos.
Es así. Todo es más grande en Misiones, seguro. La pobreza también.

sábado, 26 de enero de 2008

PRIMERAS IMPRESIONES

... nos recibia Candelaria, Misiones, poco mas de 36 horas despues de haber partido
... atras quedaban los brownies alocados, los seguridad descontrolados
... tonadas misioneras amables nos llevaban como de la mano hacia nuestro primer refugio
... los bailes en el vagon, las lecturas, las partidas de ajedrez, los almuerzo a la canasta, ya eran gratos recuerdos
... y ahora?
... nadie sabria lo que vendría
... ni mucho menos alguno se lo imaginaria
... armonicas, saltos, tambores, asados, macramé, largas camitas, pieles rojas, bellezas naturales
... todo eso vendria despues, y quedaria grabado en nuestras retinas y en las imagenes fotograficas
... las voces, los abrazos, las miradas, las locuras de cada uno, serian imborrables marcas de esta gira mágica y misteriosa
... pero vayamos por parte, esto recien empieza... lo que no sabemos es cuando terminará

viernes, 25 de enero de 2008

RICHARD Y EL SEPTIMO ARTE

Cuando pienso en Richard, no puedo dejar de recordar peliculas de distintas épocas y calaña..
Enumero

Casablanca.
Seguramente Richard Blaine era el nombre real del personaje interpretado por Humphrey Bogart. Seguramente esto funciona como llave para arrancar con esta asociación... ilícita.
También le idea del tipo atendiendo su lugar, como amo y señor, decidiendo quien se queda o quien se va por lumpen (aunque suene increíble, a uno lo pueden hechar de lo de Richard por ese motivo - eso sí, hay que esforzarse bastaaaaaaante). Por lumpen o por falta de pago, no sé que onda por nazi.
También la mezcla de tonada en el habla daba a lo de La Modista un aire al Marruecos en el que se emplazaba Rick´s. En vez de marroquíes, franceses, norteamericanos e ingleses uno encontraba tucumanos (en realidad era una tucumana, vale decir, bellísima), vascos (también eran dos chica que no estaban nada mal), venezolanos y gente oriunda de Barceloca.
La cercanía con la triple frontera, y particularmente con Ciudad del Este, lugar ideal para hacer todo tipo de negocios, non sanctos y absolutamente legales, le daba el tinte de lugar de espera que Casablanca tiene en el film de Michael Curtiz.
Hasta aquí las similitudes. Siendo sincero, no lo veo renunciando a nada para favorecer la liberación de París. Sí quizá para la liberación de algún embargo. Pero al despedirme algo me impulsaba a decirle que "este es el comienzo de una gran amistad".
Lo que no hubo (calculo que ahí actuó mi angel de la guarda) fue un affaire que me permitiera decirle a una chica bonita que se fuera con el otro, que de todos modos "siempre tendremos lo de Richard".

Apocalypse Now.
Sin su pelambre con blucle de ceniza, podría haber tenido un estilo Coronel Kurtz, en su cueva-mundo en la clandestinidad en Vietnam. Alguno de sus huéspedes bien podría haber representado el papel de Dennis Hopper. Alguno de nosotros por el hecho de que estabamos todo el tiempo sacando fotos. Otros por el lime. Pero hubiese sido muy loca la historia de Vietnam con Richard al frente de un mundo como el de Kurtz. Tal vez la guerra seguiría hasta hoy. O tal vez el hippismo hubiese tomado el poder. Fuera cual fuera la salida, Richard estaría (como está) haciendo negocios. Hay que decir, también, que al llegar al camping de La Modista más de uno pensó "El Horroor... El Horror..."

The Fockers
Uno de los papeles que más sensato le quedaría es el de Focker padre, protagonizado por Dustin Hoffmann en la secuela de "La Familia de mi Novia". El tipo no laburaba y vivía de lo que producía la jermu. Y chocho de la vida, Sin ningún tipo de verguenza. Sería muy fuerte que la pareja de uno lo lleve a conocer a la familia y caer en lo de Richard y Lidia. Aunque a ella más que el papel de Roz Focker interpretado por baaarbra Streisand le iría mejor el de un Jack Byrnes algo distinto del encarado por Robert De Niro. Cosas que tiene el subdesarrollo: en vez de perseguirnos para sacaarnos muestras de ADN con modernos aparatejos para que la CIA investigue si tenemos un hijo o consumimos loquetejedi, nos acosaría con su cuaderno Progreso para cerciorarse que pagamos la estadía. Claro, eso lo dejó bien claro Richard: "Descuento, ni a mamá"

Seguramente puedan encontrarse relaciones con Woodstock y con la serie Tumberos, pero se verá más adelante o en otro poost.

Sin embargo hay algo que aleja a Richard de todos los personajes anteriormente enumerados. Todos los anteriores, de acuerdo o no, mejores o peores, equivocados o por el buen camino, teníaen un ideal o un objetivo al que responder.
Mojar a Ingrid Bergman. Hacerle la guerra al horror de la guerra. Vivir bien y transmitirle valores de libertad a sus hijos.
Nada de esto se desprendía de Richard. Al menos no en el tiempo que lo conocimos.

domingo, 13 de enero de 2008

CHAPA CARTON PAJA

- El problema son los bolivianos. Una raza de ladrones
- No, estás equivocado. Los tipos más laburadores que conocí en mi vida eran bolivianos. Y los peruanos también. Y además son muy cultos...
- Son todos lo mismo. Una raza de chorros
- No, no. Te repito que no. No seas racista. Los chorros son los paraguayos.
- ¡Ah! Los paraguas... una manga de chorros y aprovechadores. No sirven para nada
- Tal cual
- ¿Sabés lo único que saben hacer? Chapa cartón paja. Chapa carton paja. Y ahí nomás te clavan una villa.
- Claro. Ese fue el problema de Iguazú. Fijate que ni bien se instaló el tema del turismo por las cataratas, se abroquelaron todos ahí. Y armaron esas villas inmundas.
- Sí. Vienen todos a afanar acá. Por eso Iguazú es lo que es y todo el mundo ni bien sale de las cataratas raja para otro lado. Poruqe Iguazú era lindo antes.
- Seguro. Es cierto que estaba medio desierto y que no ofrecía mucho al turista, pero lo que hay ahora... Será un poco caro y todo. pero también, si fuera barato, ¿como carajo te sacás a los paraaguas de mierda estos?
- Si pudiera, me compraría un avión hidrante, lo cargaría de nafta y sobrevolaria rociando ese país de mierda. Y después tiraría un encnededor. No se perdería nada.
- No, claro que no.

El casual escucha, comentó lo bien que la pasó en la feria brasileña de Puerto Iguazú.
- ¿Brasileña? Otro lugar al que ir con el hidrante. Chapa cartón paja. Arruinan todo a su paso. Son todos paraguas que venden más barato para sacarnos la plata que traen los turistas de Brasil.

En algún momento del dialogo, alguien se interesó por la orientación religiosa del accidental escucha.
- ¿Vos sos judío?
De haberlo sido, el muchacho igual hubiese respondido que no. Jamás hubiese permitido que su pene circunciso intimidara a los interlocuteres de privarse de una esclarecedora lección de vida. Sin embargo Mein Kempff quedó para mejor ocasión y Paraguay siguió siendo el blanco de la furia de los tertulianos y el motor del sueño para la compra del avión hidrante.

Lo que no pudo evitar el accidental testigo del diálogo, fue la carcajada que explotó en medio del dedo de la mañana siguiente. Continuando con el interrumpido la noche anterior por tan interesante diálogo, encontró en la mano de enfrente de la ruta a los interlocutores esperando un colectivo, frente a la estación de servicio semiabandonada, un poco menos digna que el parador que manejaban fretnte a la Zona Roja Montecarlense.

- Vamos para Ciudad del Este. A comprar cosas para el negocio. Es que es bastante más barato, ¿viste?